~I Am Not Alone~
I never had that many friends growing up,
So I learned to be okay with just me, just me, just me, just me
And so I just sit in my room after hours with the moon
And think of who knows my name
Estado: Atareada
Música que escucho: Hasta la raíz (Natalia Lafourcade)
Download: Love Live! Superstar!! (cap12)
Este año, Netflix ha sumado a su catálogo de streaming varias películas de Ghibli, el estudio japonés de animación que ha sabido conquistar corazones alrededor del mundo a lo largo de varios años, creo que a esta altura no necesita mucha presentación. Sus inicios datan de mediados de los 80s, pero fue a finales de los 90s/principios de los 2000s que sus obras comenzaron a difundirse alrededor del globo. Desde espectadores metidos a full en el universo del manganime, hasta los más casuales, es raro encontrar quienes no reconozcan la inconfundible marca y una mayoría la disfruta. He de confesar que, durante muchísimo tiempo, no fui una de sus tantas amantes, en mi adolescencia había visto tres cintas diferentes y ninguna de ellas me había llegado al alma. Sin embargo, el tío Netflix y mi hermana me invitaron a darle una nueva oportunidad, y entonces descubrí que algo había cambiado dentro de mí. Tal como solía decir una profesora de literatura mía, una obra puede resignificarse cuando la leemos en diferentes etapas de nuestra vida. Siendo una adolescente, no supe apreciar del todo el estilo de la animación y las tramas me resultaron algo densas. Ahora, siendo una adulta, redescubrí aquellos paisajes y personajes de una forma muy especial, aflorando un sinfín de sensaciones y emociones: los escenarios lograron atraparme de forma radical, haciéndome sentir desde un siniestro sobrecogimiento hasta una agradable serenidad; y logré identificarme de cierta forma con más de un personaje, incluso cuando la mayoría de las protagonistas son apenas unas niñas, sus historias llevan consigo una fuerte carga simbólica y están repletas de profundas enseñanzas sobre la vida, sobre las que mi yo super inexperimentado de quince años no reflexinó del todo.
Las películas de Ghibli son muchísimas y, obviamente, algunas me gustan mucho más que otras. Así que, en el presente artículo, desplegaré mi top 5:
Comienzo por la obra que se lleva la coronita, “Sen to Chihiro no Kamikakushi” (La desaparición espiritual de Sen y Chihiro), una especie de “Alicia en el país de las maravillas” con encantadores aires orientales, dirigida por Hayao Miyazaki. La historia gira en torno a Chihiro, una niña desganada debido a los cambios que acontecen en su vida, que termina inmersa en una aventura siniestra dentro de un misterioso parque recreativo poblado por espíritus. Allí consigue empleo en la casa de baños termales, donde una bruja roba su verdadero nombre, pasando de Chihiro a ser llamada Sen, lo que simbólicamente significa la muerte de la niña, esto dará lugar a un intento de conciliar su pasado con su presente y futuro, autodescubriéndose y evolucionando en todo el proceso: la odisea repleta de criaturas fantásticas representa el paso de la niñez a la adultez.
La trama traza un camino lleno de corrupción, miedos e incertidumbres: Hay que tratar de dejar a un lado los miedos, hacer frente a la adversidad, para no perder la energía para vivir. El respeto a la naturaleza, el poder de la palabra, la importancia del pasado, el conocimiento de la estructura social y la dualidad humana, son solo algunos de los temas a los que apunta esta joyita de la animación japonesa. Mientras caminamos por esto que llamamos vida, solemos intentar recordar qué hechos nos han cambiado y nos han convertido en lo que somos, y eso es, en definitiva, lo que intenta hacer nuestra protagonista, recordar su nombre, a sus padres, el mundo al que pertenece y luchar contra el olvido de un mundo más allá del nuestro.
La ambientación es perturbadoramente sensacional, con una arquitectura y elementos ornamentales que denotan una nostalgia del director hacia la era Meiji, y un increíble cúmulo de criaturas fantásticas que saturan cada escenario. Miyazaki, se inspiró en el Museo de Arquitectura al Aire Libre Edo-Tokio de Koganei y la posada Notoya Ryokan de la prefectura de Yamagata en Japón, también la pequeña localidad de Jiufen en Taiwán.
Mi personaje preferido es Kaonashi (Sin rostro), un ser dual que puede resultar tan adorable como grotesco, se alimenta de la avaricia hasta volverse un ser agresivamente corrupto y sin embargo también puede contagiarse de la amabilidad hasta volverse completamente servil. Creo que me dolió más la separación de él y Chihiro, que la de Haku y Chihiro.
Vamos al segundo puesto, “Omoide no Marnie” (El recuerdo de Marnie), una historia basada en la novela de la escritora británica Joan G. Robinson, dirigida por Hiromasa Yonebayashi. Nuestra protagonista es Anna Sasaki, una niña que, necesitando un cambio de aires, se refugia con una familia de acogida en Hokkaidō, con el fin de combatir su problema asmático y también su depresión. Anna siente desencajar cuando se rodea de gente y por lo tanto no tiene amigos, pero al mudarse a Hokkaido, su vida da un giro inesperado cuando por fin encuentra amistad en Marnie, una enigmática damita que parece tan irreal como un maravilloso sueño: ¿Qué secretos oculta aquella encantadora muñeca de rizos dorados y su mansión estilo europeo protegida por aguas pantanosas?
La trama es un puzle de recuerdos y sentimientos encontrados, rodeado por un halo de misterio. La solitud y la búsqueda de conectarse con los otros son los tópicos predominantes, lo cual toca una venita sensible en un espectador que es inadaptado social como soy yo. Todas las películas de Ghibli tienen una poderosa carga emotiva, pero, he de confesar que ninguna otra consiguió emocionarme al punto de robarme las lágrimas, como lo hizo esta conmovedora historia.
Me tomo la libertad de tirar un spoiler potente, pues, como dato de color, debo decir que, si bien fue mi primera vez viendo esta película, conocía el origen de Marnie por comentarios con los que inevitablemente me había topado en la Internet. Es que, quién no ha visto la interacción de la castaña y la rubia como más que una amistad; ahora imaginen estar shippeando intensamente, durante casi dos horas, a dos personajes que se descubren nada más ni nada menos en una relación sanguínea de abuela y nieta, la revelación fue un trauma para muchos. A diferencia de ellos, yo me metí con esta película ya sabiendo esta cuestión del desenlace, así y todo, he de confesar que no pude evitar shippearlas intensamente. Bueno, cuándo un parentesco me ha impedido el shippeo, esta vez no será la excepción… Si Fry puede ser su propio abuelo, yo puedo apoyar este bonito romance de verano.
Tercer puesto, “Majo no Takkyūbin” (El servicio de correos de la bruja), película basada en la novela de Eiko Kadono, dirigida por Hayao Miyazaki. Es la historia de Kiki, una joven aprendiz de bruja, que al cumplir los trece años debe emanciparse y buscar una ciudad donde su poder sea requerido. La aventura de crecimiento personal de la brujita arranca con un encantador vuelo sobre la ciudad al ritmo de “Rouge no Dengon”, canción de Yumi Matsutoya que irradia mucha paz. Su viaje la llevará a instalarse en Koriko, una ciudad marítima con estilo europeo, bulliciosa pero bellísima, donde brindará ayuda a un negocio local, funcionando con su escoba voladora como delivery, internándose con sus encantos en los corazones de todos sus clientes.
“Volar solía ser divertido, hasta que comencé a hacerlo para vivir”. Un viaje hacia la independencia, lleno de problemas e inseguridades, pero también dulzura y superación. Nuestra protagonista será una bruja, pero no por eso deja de enfrentarse a los conflictos más mundanos. Es un espejo de costumbres, en el que es fácil reflejarse. “Creo que hay algo malo conmigo. Hago amistades, pero entonces no soporto estar con ninguno de ellos. La otra yo, la alegre y honesta, desaparece”.
Cuando sientan que no pueden volar más, un útil consejo de parte de Ursula, la sabia pintora que Kiki conoce en el bosque: “Deja de intentarlo. Toma largas caminatas. Mira el escenario. Duerme al mediodía. No pienses en volar. Y entonces, pronto, estarás volando otra vez”.
Estos son mis tres films preferidos del estudio. Sin extenderme mucho más, añadiré que el cuarto y quinto puesto se lo llevan “Gake no ue no Ponyo” y “Karigurashi no Arriety”.
Para finalizar, les dejo algunos videos de TikTok dedicados a este mundillo. Como podrán ver, compré bastante merchandise. La remera la conseguí en Remeras XD, los accesorios (pines y pendientes) en Quality Store, el tragamonedas de Kaonashi en Comiquería Sunset, las figuras Nosechara y la alcancía del gato Jiji en Wonder Collection.
@venecia_lamperouge Ghibli fan ✨ #otaku #ghiblistudios #accesories ♬ merry go round (ghibli lofi) - tills chills
@venecia_lamperouge Pobre criatura, llegó a Argentina y recibe monedas super devaluadas 🥺 #spiritedaway #kaonashi #ghibli ♬ sonido original - Venecia Lamperouge
@venecia_lamperouge #spiritedaway #kaonashi #ghibli ♬ spirited away(千与千寻) - 汪金金先生鸭-mr&lihl
@venecia_lamperouge #kikideliveryservice #ghiblicore ♬ Kiki's Delivery Service - from 'Kiki's Delivery Service' - Joe Hisaishi & London Symphony Orchestra
Hace un par de años vi unas cuantas pelis de Miyazaki, son lindas aunque algunas se me hicieron algo lentas y largas. Me quedó pendiente ver la del Castillo Ambulante, que se que muchos tienen un crush por el rubiecito y jamás la vi.
Recientemente descubrí una película llamada "Nahuel y el Libro Mágico" y me llamó la atención porque inmediatamente tuve la impresión de que se trataba de una obra de Ghibli, pero resultó ser una película co-producida entre Chile y Brasil que imita su estilo bastante bien; la recomiendo al menos por la curiosidad de ver una película estilo anime hecha en latinoamérica.
Y veo que lograste poner los videos de TkTok sin espacio, genial!! =D
Acabo de googlear "Nahuel y el libro mágico". El diseño de personajes se ve muy diferente al de Ghibli, pero los escenarios transmiten la misma magia. ¡La voy a ver!, gracias por la recomendación ♡.
En cuando a los videos de TikTok, ¡mi hermana lo logró! Me explicó que había forma de arreglarlo añadiendo código al artículo, pero me aconsejó mejor agregar algo al archivo de estilo del blog.