Anne’s Song~♪

~The Pains of Being Pure at Heart~
The things we used to do, when the nightmare wouldn't end
The posters on the wall that were our only friends
Their lives we never knew, but oh how we imagined
Let's go out tonight and do something that's wrong
'Cause I don't feel alright when disaster's gone
Anne with an E you're everything to me

Estado: Soñolienta
Música que escucho: Coppelia no Hitsugi (Ali Project)
Download: Películas

Bienvenidos una vez más, queridos lectores. Hoy les traigo un artículo dedicado a dos maravillosas series que he visto vía el servicio de streaming Netflix, preparen las palomitas.
La primera recomendación del día es “The End of The F***ing World” (El fin del p**o mundo), serie basada en la novela gráfica del mismo nombre creada por Charles Forsman, adaptada para la televisión por el escritor y productor Jonathan Entwistle. Cuando vi las imágenes promocionales, mi interés fue captado principalmente por el curioso título y la presencia de un actorazo, Alex Lawther (a quien destaqué en algún artículo pasado por su brillante actuación en el film "Ghost Stories"). Como esos dos factores fueron suficientes para motivarme a dar una probada, evité indagar mucho más viendo el trailer o leyendo alguna sinopsis, metiéndome de lleno en lo desconocido, resultando la trama algo muy diferente a lo que me sugirió el título (esperaba algo apocalíptico), pero sin decepcionarme, todo lo contrario. La historia nos presenta a James (Alex Lawther) y Alyssa (Jessica Barden), dos adolescentes disfuncionales con vidas problemáticas, quienes deciden huir de sus hogares juntos, cada cual con diferentes razones y objetivos. Él está convencido de que es un psicópata y como tal debe experimentar cómo se siente asesinar a una persona, así que la sigue con el propósito de encontrar el momento más oportuno para matarla. Se trata de una comedia oscura de dos temporadas (cuentan con ocho episodios cada una) sobre fuga y autodestrucción, bien cargadita de desesperación, romance y locura. Como comedia, rara vez apunta a la carcajada, sino más bien a la sonrisa un tanto horrorizada. Las expresivas actuaciones de los protagonistas son la frutilla del postre. Como ya dije, conocía algo del trabajo de Alex Lawther, por lo tanto, sabía qué esperar de él; pero no conocía a Jessica Barden, resultó gratificante descubrirla al mismo nivel, juntos demuestran una química avasallante. El romance inusual, mezcla de inocencia perturbada y personalidades intensas, ha logrado cautivarme. Me dan muchas ganas de abrazar a James.

La segunda recomendación es “Anne with an E” (Anne, con una E), serie basada en los libros “Anne of Green Gables” (Anne de Las Tejas Verdes) escritos por Lucy Maud Montgomery, adaptada para la televisión por la escritora y productora Moira Walley-Beckett. Un día encontré a mi mamá viendo el primer episodio y cierta escena me atrajo como abeja a un panal; gracias a mi progenitora descubrí que había estado ignorando una verdadera joyita, de no ser por ella quizás jamás me hubiera metido con esta interesante ficción. La historia se remonta al año 1896 y nos sitúa en la Isla del Príncipe Eduardo, todo comienza cuando los hermanos Matthew y Marilla Cuthbert (Robert Holmes Thomson y Geraldine James), debido a su avanzada edad deciden adoptar a un niño huérfano para que ayude con las tareas de la granja de Green Gables. Matthew pasa por una estación de tren a recoger al joven cuando, para su sorpresa, descubre que por equivocación enviaron a una niña, Anne Shirley (Amybeth McNulty). El señor Cuthbert es un hombre de pocas palabras, sin embargo, durante el trayecto a casa, se nota como la decepción rápidamente se convierte en cierta fascinación, los encantos de la pequeña son muy poderosos: es inteligente, compañera y soñadora. Exactamente como le ocurre a Matthew, pronto me sentí hechizada por el carisma de la extremadamente adorable protagonista, su energía me capturó de inmediato y entonces hice jurar a mi madre que veríamos la serie juntas hasta el final. Serie adictiva, bastaron unos pocos días para que devoráramos las tres temporadas existentes (cuentan con diez episodios cada una). En ciertos aspectos, me recuerda a un clásico de mi infancia, “Candy Candy” de Kyōko Mizuki y Yumiko Igarashi.
Tenemos una historia que transmite un sinfín de emociones, presentando conflictos y dramas de diversa índole. La recreación de época está muy bien lograda, con su ambientación, vestuarios y costumbres que nos trasladan al viejo mundo. Y a pesar de este enfrentarse a un momento histórico tan distante, las ideas sobre las cuales se reflexionan evocan a nuestro presente.

Anne Shirley es perfilada bajo la luz de la intensa pasión que nos transmite la impecable actuación de Amybeth McNulty, se trata de un personaje inocente pero rebelde, dulce pero también fiera, con la imaginación de una romántica poetiza y las agallas de una intrépida aventurera. A lo largo de las temporadas, conocemos numerosos personajes, muchos queridos y algunos detestados. Mi lista de preferidos comienza con los ya mencionados Anne y su adorable padre consentidor Matthew, pero no son los únicos. Destaco también a Josephine Barry (Deborah Grover), quien transmite tiernamente las memorias de un añejo amor vedado a mentes cerradas, demostrando con sus intensos discursos (que logran que se me pianten las lagrimitas) la convicción de un sentimiento profundo que no se ha dejado adormecer por las barreras de la época; a Cole Mackenzie (Cory Gruter-Andrew), el artista solitario que va mostrando sus verdaderos colores gracias al apoyo emocional de Anne y Josephine; y Muriel Stacey (Joanna Douglas), la inspiradora maestra cuyas enseñanzas desafían un sistema carente de innovaciones y libertad de expresión.

Navegando por la red en busca de accesorios, conocí las bellísimas creaciones de la artesana Dana Ramírez, podrán encontrar su tienda en Facebook y Mercado libre como Friki Crafts. Varios de sus trabajos son sensacionales, pero uno en especial se robó mi corazón, un collar con dije en forma de zorrito que me recuerda a Anne. Para quienes aún no han visto la serie, les cuento que la peliroja se encuentra con esta criatura en el bosque frecuentemente, la cual representa su espíritu animal.