Masamune’s Love Song


~Only Want You~
I wanna be loved only by you
Only want you to wet my dry lips
Only want you to warm this dead body
I need you, I'm so crazy
I love you, I swear that is true

Estado: Soñolienta
Música que escucho: Dress (Buck Tick)
Download: Nada...

Recientemente leí el volumen 14 de Haru wo Daiteita, uno de mis mangas preferidos. Esta obra de Youka Niita me despierta sentimientos muy intensos. Kyosuke Iwaki y Youji Katou conforman una de las parejas más dulces que hay. El episodio del aniversario que forma parte de este tomo es demasiado bello. El episodio del terremoto perturbador, sufrí viendo a Katou al borde de la muerte. En el aniversario de la encantadora pareja, tenemos una escena de celos de Iwaki demasiado adorable. Luego de aclarar el malentendido, Katou revela que compra un diamante por cada año que pasan juntos, formando así una colección que simboliza el tiempo y el amor que ambos comparten, y que algún día hará con ellos un obsequio de matrimonio, cuando puedan casarse de manera oficial. ¡Tan romántico! Masamune deseó meter a Engel en un baño de pétalos de rosas al ver esta hermosa imagen que podrán apreciar a continuación ♥! (porque como podrán leer en posts anteriores, la rosa es para Masa un símbolo de su amor).

En estos momentos escribo dos episodios en simultáneo para Endless Story: “El mar y sus extrañas calmas”, cuenta sobre el encuentro de Masamune con una chelista llamada Alethia Soleidis, figura en la que planea basarse para acabar de perfilar a la protagonista de su obra Sinfonía diabólica. Y “Reflejo entre reflejo”, capítulo que sitúa a Masamune, Engel y Masako en un parque de diversiones. Para reponer algo de información del final del episodio “Rosa congelada”, aclaro que Masamune conoció a un aparente rival en el amor, Lenka Kostomarov.


Dreamland, el parque de atracciones más grande de la ciudad. Él se encontraba en la entrada, esperando, junto a su hija Masako. Las cinco en punto, marcó el reloj que llevaba en su muñeca. El horario de encuentro acordado, esperaba que Engel no les fallara. Ese día había dejado sus tradicionales kimonos, vestía una camisa de seda blanca con mangas abullonadas y el cuello desabotonado, unos pantalones de cuero negro, y unos mocasines en blanco y negro. Había captado la atención de más de una persona, por su atractivo y fama, muchos lo reconocieron inmediatamente como el prestigioso actor y director que era. Tres señoritas se animaron a acercarse para pedir autógrafos, estaban enamoradas de su papel más reciente, el arrogante y apasionado Capitán Dragón en Piratas del Mar del Diablo. No aceptaría interferencias mientras estuviera Engel presente, pero como esta aún no aparecía dedicó unos momentos a contentar a algunos fans.


Iba con pasos calmados, no tenía prisa en llegar en realidad, si no estuviera estaría feliz, lo lamentaría por la pequeña, pero no por el otro. Dejó escapar un suspiro de sus labios, y pasó sus dedos sobre su flequillo peinándolo mejor, dejando que ocultara parte de las gafas.

Detuvo su paso al escuchar voces chillona venir hacia él, y alzando la vista supo el porqué, viendo que se había hecho un círculo alrededor de cierto personaje, aunque no quisiera notarlo era consciente de quien se trataba, arqueó la ceja con molestia.
"Debería escoger alguna entre todas ellas", Pensó con malestar, y continuó sus pasos, aunque no quisiera debía de pasar sobre ellas. -Masako-, Llamó a la menor con tranquilidad para que saliera de ese tumulto. Odiaba esos graciosos circulos de fans, y él siempre podía escapar de ello, por suerte su oficio era más seguido por los hombres. Aunque normalmente siempre desapareciera tan pronto como los reporteros llegaran, dejando así a su equipo brindar las palabras, y es que para él ellos eran más importante que el corredor.


Despidió a aquellas chicas, y fue al encuentro de su prometida. –Al fin ha llegado mi admiradora número uno, y la más bella-, dijo el actor a la recién llegada. Repentinamente tomó la mano de su reina, posando los labios sobre esta. Las fans que aún se encontraban en los alrededores gritaron emocionadas ante tal escena, deseando tener la suerte de aquella misteriosa persona que acababa de aparecer en el parque. –Entonces, ya que estamos los tres aquí entremos. Tenemos mucho por recorrer. Masako quiere visitar el palacio de las muñecas primero-, dijo dando pie a proseguir hacia dentro del parque. La niña se posicionó en el centro y se sujetó de las manos de sus dos progenitores, dando la imagen familiar que Masamune estaba buscando en ese paseo. Notaba que Engel no era feliz con él cerca, pero se esforzaría para acabar con aquella hostilidad.


Estaba la atención en la menor hasta que vio la sombra del otro más cerca, le miró, y sabía que debía de emitir un saludo, pero sólo lo dejó en el silencio hasta que fue tocada su mano de esa forma.
-Deberías usar esas palabras con ellas, seguro estarían más encantadas.-, Repelió por el gesto y las palabras, pero trató de no sonar tan hostil por la menor, así que sólo decidió continuar ignorando a los demás, sintiendo la mano de la pequeñita pasando a aceptar andar con ella de la mano, más no con el otro, pero, viendo que la menor igual lo jalaba sólo anduvo.


Dentro del palacio de las muñecas, una muchacha se acercó al reconocer al Masamune. –¡Capitán Dragón!, Piratas del Mar del Diablo es mi película favorita. Usted es un brillante productor y actor.-, expresó la joven.

–Me halaga, pero en estos momentos prefiero no hablar sobre mi trabajo, hace tiempo que no disfrutaba un paseo con mi querida esposa.-, dijo Masamune atreviéndose a llamar a Engel como tal.

Pensó que se libraría de la desconocida, pero esta sorprendida cuestionó, -¿Esposa?, ¿entonces los rumores no son ciertos?, ¡dicen que el actor Masamune Thalassinos y la hermosa actriz Nanami Sanada tienen una relación amorosa!-

–Nosotros dos solamente somos compañeros de trabajo, nada más.-, aclaró el actor algo irritado por aquella indeseada entrevista.

–¿De verdad?, ¡eso es una lástima!, una decepción para muchos fans, quienes consideran que ustedes son la pareja de oro del cine y esperan que tengan un apasionado romance tanto en la ficción como en la realidad-, agregó la joven.


El camino fue tranquilo si ignoraba a todas aquellas chillonas que emitían una voz tan lastimera cuando pasaba el otro, ese timbre le molestaba de sobre manera, le causaba una irritación, pero buscaba no tomarlo en cuenta, era mejor sólo concentrarse en su pequeña hija, una última aventura para esa vida, y luego todos regresarían a su lugar.

Detuvo sus pasos al escuchar aquellas palabras, y miró a la fan que pasaba a ser la más molesta de todas, la ignoró volviendo a prestar atención a la menor que continuaba andando distraída, en un minuto pareció soltar la mano de su papá, así que sólo eran ellos dos, pero aún cuando habían avanzado logró a escuchar la voz chillona de la mujer.

-¡Bien!-, Habló fuerte al detenerse de golpe al sentir la mano de su pequeña más fuerte en su agarre. -Si tanto te gusta esa pareja te lo puedes llevar.-, Se retiró las gafas aunque nunca le gustaba por el nombre que se grababa en su ojo, aunque no le importó en ese instante.

-Anda, llévatelo, pero hazlo ahora mismo que estoy siendo amable.-, La miró fríamente, su mirada normalmente calmada ahora se mostraba como una ventisca.


La muchacha rió. –Oh, ¿me estás regalando a tu esposo?, parece que me saqué la lotería viniendo aquí hoy. Aunque si me lo regalas realmente, debo admitir que no lo compartiré con nadie, jamás se lo dejaré a la señorita Nanami. Si la admiro mucho, es una maravillosa actriz, ¡pero Masamune es mi gran amor! ¿Me lo quedo entonces?-, dijo sujetando el brazo del actor de pronto.

El atrevimiento de aquella mujer molestó a Masamune. En un principio, pues no tardó en comprender que su prometida estaba celosa, y eso le parecía extremadamente lindo e inesperado. Tenía que sacar provecho a aquella situación, así que esperó a escuchar la respuesta de Engel antes de decir algo.


-Adelante.-, Dio una sonrisa calmada, pero, cualquiera que supiera leer los gestos de las personas se daría cuenta que era más una señal de sadismo, un mal presagio para aquel que se atrevía a invadir lo que era suyo, pues aunque él no quisiera estar cerca de ese hombre, aún cuando lo aborrecía en la actualidad, era su propiedad si así lo deseaba en ese instante. -Eres libre de llevártelo.- Emitió acariciando las palabras, sus redondas orejas se asomaron con gala, y moviéndose tan lentamente con el movimiento de su dueño que se acercó cual felino enfrente de ellos, miró a la mujer a los ojos. -¿Realmente crees que es él el que vale?- Rió bajo a concluir esa pregunta, y ver el gesto de aquella ilusa, lamió los labios de Masamune. -Si no sabes tratarlo perderá todo su valor, y está claro que una zorra como tú no lograra ni siquiera hacer que la toque bajo la oscuridad.-
Dio la espalda, y volvió a donde su niña tomándola de la mano. -Vamos, tu papá nos alcanzara en un rato.-, Dijo seguro de sus palabras, y volvió a acomodarse sus lentes ocultando el filo de su mirada, volviendo a un estado pasivo el cual era su dominante.


Se relamió los labios, excitado por aquel contacto inesperado del que había gozado. Deseaba más. Su reina lo volvía loco, loco de amor. Aquella actitud tan intensa, posesiva, lo había dejado encantado. Se desprendió de aquella mujer desconocida y buscó la salida del palacio, en busca de su amada.
Salió del reino de las muñecas, y allí encontró a sus dos tesoros. Abrazó repentinamente a Engel, por detrás sujeto la fina cintura de esta. -Supongo que ahora sabes lo que sentí al verte con otro hombre… Bueno, ese tipo no importa ahora. Te mostraste muy segura allá adentro, pero aún así quiero decirte algo. Te pertenezco. Te amé en el pasado, te amo ahora, y te amaré por siempre. No podría enamorarme de alguien más. Y si me lo pides, incluso rechazaré todo papel romántico que se me presente en el futuro. Tienes razón, yo no valgo nada si no estás conmigo, te necesito para sentirme completo.-, le susurró al oído.


Desprendió de nuevo su presencia de la menor ante la sorpresa de ese abrazo, y escuchó la voz del causante de esa conmoción, oyendo lo que le decía con aquella voz tan profunda en su oído que le causó erizar su piel en un deleite de escalofrió.

Esas palabras eran tan perfectas, y seguro que cualquiera quedaría encantado por ellas, no sólo las mujeres, seguro que también algún hombre, pero, el siendo los dos en ese cuerpo tan irreal no podía aceptar esos sentimientos, no, la verdad es que no deseaba ni siquiera conocerlo, era mejor olvidar, borrar lentamente cada una de esas palabras para no saberlas jamás.

-No es necesario eso... Lo dije sólo porque ella me hartó, aunque es verdad... No debí de haber dicho nada, tú no estás en ningún compromiso.-, Le tomó de la mano para hacer que lo soltara, y de esa manera girarse para verlo frente a frente.

Cerró sus ojos ocultando el gesto en sus gafas, y habló. -Es mejor que me olvides, me encuentro en una relación en este momento.-, Miró de reojo donde la menor esperaba, y continuo sólo para él mayor. -Por él recuperé mis orejas.-, Falso, todo era completamente falso, pero no veía de que otra forma podía ahuyentarlo.

-Vine hoy por ella.-, Refiriéndose a la menor. -Y dije eso por el orgullo Matvéyev, no por amor a ti…-


-No puedes mirarme directamente cuando dices una mentira, ¿verdad?... ¿Podrías dejar de jugar así conmigo?, ya estoy cansado. ¿Piensas que voy a creer eso luego de presenciar aquella escena en el palacio de las muñecas?... ¿Por qué no puedes aceptarme de una maldita vez?, ¿qué te lo impide? ¿Crees que la herida de mi ojo y más de cinco años sin tenerte no fue suficiente castigo para mí?, ¿por eso sigues torturándome de esta manera?-, dijo intentado manejar el volumen de su voz, para que la niña que no se encontraba muy lejos de ellos no escuchara.


-No te amo...-, Le dijo tratando de ser firme aunque se sintiera frágil. -Eso me lo impide...-, Se quitó las gafas para que mirara bien sus ojos. -Te di una hija, Realmente no creo que te haya dado un castigo.-

Sus ojos se sentían arder y no era a causa de su magia, era sólo algo normal, lagrimas que empezaban a manifestarse aunque aún no se vieran del todo, sólo un brillo opaco en su mirada. -Tienes lo que siempre quisiste, y lo que mis padres desearon, no sé porque se empeñan en perseguirme...-

-Lo que sientes por mí no es amor, es sólo una ilusión, un deseo por un "juguete" que no conseguiste, y que no tendrás.... Sólo eso...-, Se mordió el labio. -Sobre mi relación, es verdad, ese que viste en mi casa es una persona muy importante para mí, hemos compartido la cama varias noches...-

Declaró aquella verdad, aunque no fuera de una manera lujuriosa, sólo dormían como hermanos, pero, no importaba si era malinterpretado. -Y no pienso romper lo que apenas estamos iniciando por la obsesión de alguien del pasado.-


Otra vez aquella línea, se repetía una vez más, tan cortante como la primera vez. Sólo que esta vez sentía que le quitaba toda la fuerza y no podía hacer nada más. No sabía cómo responder. Permaneció unos minutos en silencio. Envidia y odio sentía por aquel que ocupaba su lugar en la vida de Engel. Deseó viajar en el tiempo, volver al pasado, cuando aún recibía toda la atención y el amor de esa persona. –Yo… necesito un momento a solas para asimilarlo... Te pido que cuides a Masako, continúen recorriendo el parque. No me siento con ánimos y no quiero arruinar su día... tampoco el tuyo, más de lo que lo he hecho ya.-,dijo sacando un cigarro de su bolsillo, alejándose de aquella persona que lo había devastado.

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3 Responses to Masamune’s Love Song

  1. Suan dijo:

    jajaja cada gesto de desprecio es con amor xD!

    Bueno bueno algo asi xD Es que necesitamos que masa saque su lado sado??

    XD!!! meno no, ya veremos que pasa

  2. Ahora me da mucha pena Masamune :s a ver cuándo Engel aceptará lo que siente realmente.

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