~I Hear the Laughter~
Like children playing children's games
We joked and laughed at every passing day
I hear the laughter echoin 'through my brain
I hear the laughter then I'm alone again, I tried to forget
Estado: Estresada
Música que escucho: Lovefool (Haley Reinhart)
Download: Harley Quinn (cap2x5)
Hace tiempo que tenía como pendiente cerrar mi opinión sobre una serie que se convirtió en mi favorita por excelencia, “Gotham”. La conocí en el año 2017 y me enamoré perdidamente de su emotiva e intensa versión de Oswald Cobblepot, El Pingüino, personaje interpretado por el adorable y super expresivo Robin Lord Taylor. Por aquel entonces, dediqué un artículo a las tres primeras temporadas y todas las emociones que me provocaron sus personajes e historias de vida, especialmente dicho personaje y su relación con sus queridos padres y con su conflictivo interés amoroso Edward Nygma. El año pasado, la serie fue dada por terminada con un total de cinco temporadas, fueron dos temporadas más que lograron seguir cautivandome. Oswald fue el personaje que me motivó a dar una oportunidad a esta obra, y si bien hay otros personajes interesantes, he de confesar que sin su presencia la serie hubiera perdido el 90% de su atractivo, gratificante que no perdiera protagonismo en ningún momento.
Oswald fue mi personaje favorito hasta el final, definitivamente. Su relación con Martin enternece, este pequeño huérfano (que se convierte en una especie de hijo adoptivo), es quien logra que, después de probar el amargo sabor de la traición, vuelva a creer una vez más en la amistad. Otro nuevo acompañante es su nueva mascota, un perro al que le puso el nombre de su “ex” (clásico), muy monono y presta a muchas divertidas confusiones, jaja. El desenlace es demasiado satisfactorio, finalmente logra matar a Tabitha Galavan -la maldita que asesinó a su madre- y termina siendo el alcalde de la ciudad.
Mi aprecio por Edward, en cambio, tuvo sus recaídas. Muchas veces me hizo sentir que no merecía a Pingüi (Olga, la sirvienta, tiene la posta), en especial cuando después de todo lo que pasaron juntos se puso a ligar con Lee Thompkins, su relación con ella me provoca alto cringe. Si iba a enamorarse de alguien que no fuera Oswald, al menos se hubiera interesado en Myrtle Jenkins -la obsesiva fangirl que lo sacó de la prisión de hielo-, me hubiera chocado (linda, pero nadie es competencia para Pingüi) pero no dado asco. Pero bueno, al final de cuentas, cada vez que abandona a Oswald, termina concluyendo que es el único que lo comprende. En un momento de negación hasta tiene una visión homo-erótica, pendejo lerdo. Las últimas temporadas, mis sentimientos por este personaje estuvieron en cambio constante: te odio – pero te amo - te odio – pero te amo.
Aparte de Robin Lord Taylor, destaco a Cameron Monaghan, ese sensual muñeco diabólico me encanta. Cumple dos papeles diferentes, estrechamente relacionados. Por un lado, tenemos a Jerome Valeska, un joven circense extremadamente retorcido, quien con su carisma demencial se hace de su propio culto y se vuelve el principal antagonista de Bruce Wayne. Al avanzar la historia, se descubre la existencia de su hermano gemelo, Jeremiah Valeska, todo lo opuesto a la fuerza bruta y mentalidad puramente psicópata de Jerome, conocemos a un joven sereno e intelectual, que vivió aislado durante mucho tiempo y comienza a abrirse para ayudar a Bruce. Jerome muere, sin embargo, sus últimas palabras no son un adiós definitivo, sino una advertencia de permanencia eterna: "Soy más que un hombre, soy una idea, una filosofía, y viviré en las sombras dentro del descontento de Gotham, me verás pronto". La ciudad no solamente queda infestada por sus seguidores, su muerte trae el nacimiento de un nuevo villano que hereda su locura. Jerome siempre dijo que su hermano, en el fondo, era su igual. Deja un presente para Jeremiah, la demencia absoluta que lo corromperá. En principio todo ese juego con los gemelos me pareció algo rebuscado, incluso chocante, me costó aceptar la muerte de Jerome y su sucesión, muchos espectadores esperábamos que Jerome fuera el Joker definitivo. Pero he de admitir que, poco a poco, Jeremiah también logró hacerse un lugar en mi corazoncito. Se vuelve demente como Jerome, pero de una forma más refinada; y su obsesión por Bruce es mucho más profunda y gay – los shippeo!
Otra serie de DC que he visto en los últimos tiempos y recomiendo muchísimo es “Swamp Thing” (La cosa del pantano), basada en los comics de Alan Moore. Esta obra nos presenta a Abby Arcane (interpretada por Crystal Reed), una brillante científica que trabaja para el servicio de inteligencia epidémica CDC. Después de mucho tiempo distanciada de Marais -su tierra natal-, regresa para ayudar a combatir una nueva y salvaje enfermedad, aparentemente emparentada con la contaminación ambiental del lugar (ideal para que la vean en estos tiempos de emergencia sanitaria). Apenas comienza su investigación, conoce a Alec Holland (Andy -piernas sexies- Bean), científico que trabaja para la misma causa, quien desea exponer toda la verdad sobre el origen de la epidemia. Pronto descubren que tienen mucho en común y surge una fuerte atracción mutua; pero la investigación se complica y Holland termina envuelto en un fatídico incidente que cambia su vida, su cuerpo malherido cae en aguas pantanosas y resurge en forma monstruosa.
Misterio, suspenso, drama, romance y horror, esta obra lo tiene todo. La historia es realmente atrapante, con escenas que dan infinita ternura y otras que dan verdadero terror y angustia. No esperaba ver tantas escenas mórbidas, por cierto, impactantes y muy bien logradas. El lore de Marais tiene muchas ramas por explorar, cada personaje tiene que enfrentar sus propios demonios. La relación de Alec/La cosa del pantano y Abby me fascina, ambos son tan lindos y apasionados. Y Jason Woodrue (Kevin Durand), el científico antagonista dispuesto a transitar los caminos más oscuros para curar el Alzheimer de su esposa, es un personaje de lo más interesante.
Una serie espectacular que extrañamente fue sentenciada antes de salir a la luz, los recortes de presupuesto provocaron que se anunciara una sola temporada de diez episodios, sin más futuro posible. Es decir, cuando probé el primer episodio, ya sabía que, de llegar a gustarme, no podría pretender una segunda temporada. Durante su emisión, leí solo ovaciones por parte del público, pero al parecer las críticas positivas no cambiarán ese tajante destino. Hay gente que, sabiendo esto, ha decidido no meterse en lo que quedó como una “historia sin fin”; yo no me arrepiento de haberla visto porque es una verdadera joyita, es una pena que algunos prefieran ignorar su existencia; aunque el final nos deja con ganas de más, puedo afirmar que no queda nada sin explicar y lo que hay se disfruta. Ahora estoy comprando los comics, una editorial argentina comenzó a publicarlos; cuando tenga en mi poder todos los volúmenes, entraré en comparaciones entre adaptación y material original.
Para cerrar, les presumo mis geniales compras de "Gotham". Las figuras de Toys-Era son tan sensacionales como las figuras de Hot Toys, poseen un increíble nivel de realismo. Actualmente, la marca Toys-Era cuenta con dos figuras diferentes de Jerome Valeska. Yo tengo al Jerome que viene con la ropa circense vista en el episodio "Mad City: The Gentle Art of Making Enemies" (final de la tercera temporada). Ojalá algún día hagan una figura de Jeremiah, ¡mi Jerome necesita a su hermanito! También compré el Funko de Oswald Cobblepot. Y les aconsejo visitar la tienda online Rocker Out, venden ropa con diseños geniales e imágenes personalizadas, encargué una musculosa del Joker y unos pantalones de Penguin.