1959’s Song


~Happy New Year~
Here we are, me and you, feeling lost and feeling blue
It's the end of the party and the morning seems so grey
Happy new year, happy new year
May we all have our hopes, our will to try
If we don't, we might as well lay down and die
You and I

Estado: Floja
Música que escucho: Mary On A Cross (Ghost)
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¡Adiós 1959, hola 1960! Recibimos el año con “Bloody New Year” (Año nuevo sangriento), una producción de 1987 dirigida por Norman J. Warren. Su historia nos presenta a un grupo de jóvenes que termina a la deriva hacia una isla desierta, donde se encuentra un gran hotel abandonado: un lugar que parece congelado en el tiempo, porta las decoraciones de la celebración del año nuevo de 1959; con una fachada dulcemente acogedora, pero cuyas sombras ocultan los fantasmas de un trágico pasado. ¿Qué sucedió en esta isla?, ¿nuestros protagonistas podrán sobrevivir al horror?, es un film insano que nos envuelve con un halo de misterio. La ambientación es sensacional, con su estética que nos transporta a la década de los 50 y espacios cándidamente siniestros. Las muertes son de lo más originales. Nada mejor que festejar luciendo ropa de muertos, tomando un vinito añejo y viendo cómo se elimina gente del baile de fin de año. Anímense a explorar esta fabulosa isla embrujada y develar su más profundo secreto, les prometo que no se aburrirán ni por un segundo.


Sigamos con lo prometido, algo de cine más actual, en uno de mis más recientes artículos comenté que el pasado Halloween vi dos películas excelentes. ¡Uno no siempre logra encontrarse con dos perlitas en una misma noche!
Si están buscando una bizarreada, “Barbarian” (Bárbaro) de Zach Cregger es para ustedes. Película aclamada por los amantes del terror que cuenta con la presencia del papucho Bill Skarsgård, obviamente iba a darle una oportunidad. La cinta nos presenta a una mujer que viaja por trabajo y alquila una casita en las afueras de la ciudad para pasar la noche. Imaginen alquilar un espacio y encontrarlo ocupado por un ángel tallado por los mismos dioses, que aparte de atractivo parece un amor: ¿qué pensarían?, ¿me saqué la lotería y al fin estoy viviendo mi propia aventura otome?, o, ¿tengo que compartir casa con un ocupa psicópata? Tess, la protagonista de esta historia, piensa de ambas formas, no puede evitar fangirlear, pero en el fondo desconfía. El “payaso” sensual asegura que se trata de un error de administración de las reservas y que no tiene problemas en compartir, pero, ¿realmente podrá retenerla en aquella siniestra alcantarilla solo mostrándole un barquito de papel? Es una película sobre la que hay mucho por decir y, sin embargo, es mejor no decir mucho más que esto. Es la obra más caótica, desquiciada, frenética y extraña que vi en mi vida. Las actuaciones son sensacionales, la atmósfera se siente pesada desde el primero momento, los giros de tuerca son magistrales, todo en su justa medida generarnos adrenalina pura. WTF?, ¡qué acabo de ver!


Estando en pleno calorcito de la primavera, la sangre aún no había quedado lo suficientemente helada, así que “Las vengadoras” saltamos a otra correría de noche de brujas, “The Black Phone” (El teléfono negro) de Scott Derrickson. Película basada en un cuento de Joe Hill, nos transporta a un barrio de Colorado, en los años 70, en plena oleada de secuestros: Finney, nuestro protagonista, es capturado por un daddy enmascarado, mientras su hermana trata de encontrarlo a través de sueños premonitorios. Como bien leyeron, escribí “daddy”, el tipo es espeluznante, pero extrañamente algo sensual, por momentos se nos puede figurar una fantasía erótica donde Ethan Hawke nos da cintazos en pleno juego BDSM. Bueno, dejo de delirar, siguiendo con la reseña… El pobre niño es encerrado en un lúgubre sótano donde solamente hay un viejo colchón, y un teléfono por donde comienza a recibir unas extrañas llamadas con pistas útiles que podrían servir para su liberación. Es una cinta que logra generar frustración e incomodidad. La forma de enlazar la historia del protagonista con la de cada niño asesinado es sublime. ¡Sale James Ransone!, como un hiperactivo investigador amateur, sus expresiones faciales son demasiado encantadoras.


Por último, pero no menos importante (más bien todo lo contrario, porque se ganó el puesto de mi “película favorita del 2022”), les recomiendo “Nope” de Jordan Peele, un western contemporáneo de lo más exótico. Con un inicio fatídico donde vemos a un viejo vaquero morir por un objeto caído del cielo, la trama sigue a dos hermanos que buscan captar imágenes de un objeto volador no identificado que merodea sobre su rancho, en California: ¿Podrán captar imágenes lo suficientemente nítidas como para alcanzar la fama?, ¿aquella forma de vida desconocida será amigable o voraz? Otros sujetos se irán acoplando a la aventura, como el simpático técnico de Brandon Perea, tan adorable que pasé toda la película rezando para que sobreviviera, y el carismático presentador televisivo de Steven Yeun, un personaje de pasado siniestro con un muy sensacional sentido de la moda. Como caballo desbocado duro de domar, la poderosa trama con tensión en aumento golpea fuerte. Es una obra apasionante e inquietante por su magistral puesta en escena y diseño audiovisual, que por momentos divierte, en otros aterra, y siempre fascina.


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